Ganar la partida al desempleo pasa por adoptar una nueva actitud, una dedicación específica, otra filosofía de vida y por mantener una identidad especial que nos puede ayudar en el trabajo de encontrar trabajo, una ocupación que ya se ha convertido en una profesión difícil para la que se requiere ser un especialista. No es para estar orgulloso, pero agachar la cabeza y esconderse no conduce a nada.
Si usted está en paro, probablemente estará cansado de escuchar que, en esa circunstancia, su trabajo es buscar trabajo. Seguramente habrá comprobado que el empleo de buscar empleo es ya una nueva y complicada profesión para la que hay que convertirse en un verdadero especialista.
Mucha gente que ha sido despedida se siente como un cangrejo ermitaño dentro de su concha, en vez de hacer público su nuevo estatus (en este caso, la ausencia de estatus laboral). Pero si se desea encontrar otro empleo es preferible adoptar la segunda actitud. Eso es lo que piensa Sandra A. VanGilder, coach neoyorquina dueña de su propia firma. Las ideas de VanGilder están en consonancia con las de aquellos que piensan que, en el escenario económico actual, con tanta gente con talento que está siendo despedida, no debe resultar vergonzoso indicar claramente que uno está sin trabajo.
El mercado laboral ha cambiado y sigue transformándose vertiginosamente. Nekane Rodríguez de Galarza, directora general de Lee Hecht Harrison, cree que en este nuevo escenario "debemos hacer las cosas de un modo muy diferente a como las hacíamos antes". Para Custodia Cabanas, profesora del IE Business School, "un empleador entiende que hayas estado algún tiempo en paro, pero no comprende que no hayas hecho nada".
Hace sólo algunos años, cuando no existían las redes sociales y profesionales, quien se quedaba en paro podía "permitirse" la actitud del cangrejo ermitaño que tanto desaprueba VanGilder. Antes, la dificultad estaba en justificar el paréntesis laboral cuando uno se ponía frente a un nuevo entrevistador para lograr otro trabajo. Pero hoy, el mismo escaparate de las redes sociales y profesionales que nos aportan un valor añadido y una marca personal y profesional, se convierte en una ventana indiscreta que habla de lo que somos, de lo que hacemos y sabemos. No se puede cerrar, porque a nuestros perfiles en esas redes acuden cada vez más empresas para buscar candidatos y comprobar todo tipo de información sobre nosotros. La identidad que hemos construido y la actividad que desarrollamos mientras mantenemos un empleo no se puede detener cuando llega el paro.
En la línea de que el trabajo para siempre se acabó y que este periodo de transición será cada vez más habitual para todos nosotros, José Medina, presidente de Odgers Berndtson Iberia, asegura que "la tendencia es que nuestra actividad quede ligada a diferentes proyectos. Tendremos que acostumbrarnos a ese escaparate y a ir saltando de puesto en puesto. En la última década, la permanencia en el cargo de un CEO en Reino Unido y Estados Unidos ha pasado de nueve a tres años. Y esto se da ya en todos los puestos directivos. Vivimos un mundo mucho más complicado y la erosión hace que la estancia en cada trabajo sea más corta cada año. Hay un momento en el que formas eficaces de management en una época no lo son en otra". Medina cree que "debemos pensar en ir haciendo gimnasia, porque esta situación se puede dar cada vez más veces en nuestra carrera".
Nuevos conceptos
Andrés Pérez, consultor en posicionamiento personal, aconseja cambiar el modo de calificar la situación: "Antes, el paro era algo excepcional y, aunque sucedía, no suponía una amenaza tan clara y constante. Trabajar para una empresa era muy parecido al matrimonio, y una separación era algo traumático. Pero los profesionales debemos pensar ahora como proveedores de servicios. Todos somos empresarios aunque estemos trabajando por cuenta ajena, y eso significa que el problema de una persona que se queda en paro es que ha perdido su único cliente, el que le paga la nómina. En este entorno, el parado sigue siendo tan buen (o mal) profesional como lo era hasta el día en que le dieron el finiquito. Y el espacio de tiempo hasta que encuentra otro cliente no se puede calificar como desempleo, sino como transición. Lo malo es que ha perdido a su cliente; lo bueno, que ahora hay muchos que pueden contratarle".
Julián Rubio, jefe de área de Ranstad Professionals, insiste en que "buscar empleo desde el paro se ha convertido en una ocupación especialmente complicada, pero la actitud debe ser totalmente proactiva. Los trabajos no vienen solos".
José Medina recuerda que "el trabajo de quien está en el paro es buscar trabajo, levantándose a las 8 de la mañana como si fuera a la oficina. La diferencia es que todo lo va a hacer en un 90% desde su escaparate, a través del mundo virtual, que es actualmente más real que el físico de antes". Rubio cree que, "por ejemplo, en España no dedicamos el tiempo suficiente a nuestro currículo. La vida laboral no vale para todo, y para cada oferta debemos tener uno. Las empresas buscan profesionales específicos y con una experiencia muy determinada".
Un cambio de actitud
Custodia Cabanas añade a esto que "tenemos varias identidades profesionales y no debemos aferrarnos a una única. Cualquiera puede cambiar su carrera, y hoy se debe reconocer la necesidad de ser muy flexible. Cuestiones como la ubicación geográfica o la disposición a movernos tienen que ver con esto".
Rodríguez de Galarza argumenta que "lo primero es la actitud; creer que vas a encontrar trabajo. Muchos se comportan como si no tuvieran oportunidades cuando, a igualdad de cualificación y condiciones, pasa la entrevista quien demuestra actitud".
Andrés Pérez cree en este sentido que "si en una situación en la que no hay empleos un profesional sigue teniendo mentalidad de empleado, cuando se queda en paro acabará desesperándose y se dejará llevar llevar hasta que se solucione la situación (si es que llega la solución). Pero si su mentalidad es la de profesional que vende sus servicios, su planteamiento en esta etapa de transición será muy diferente".
La directora general de Lee Hecht Harrison añade la necesidad de trabajar la empleabilidad presente y futura: "Ese factor no se mide sólo por la formación, sino por qué has hecho, cuál es tu valor, qué es lo que sabes hacer realmente y cuál es tu reputación. En este sentido, cualquier herramienta de internet habla de nosotros, y resulta clave trabajar esto".
Julián Rubio coincide en que "todo esto es cuestión de actitud, de altura laboral. Venimos de un ciclo de bonanza y las personas cualificadas afrontan una situación aún más conflictiva que aquellos que no están tan preparados".
Para José Medina resulta fundamental mostrarse con un perfil, actitud y filosofía ganadores y activos: "Si está en el paro, diga que se haya en transición y en un replanteamiento de su carrera en el que aprovechar más eficazmente sus mejores capacidades y experiencia. Al igual que el líder que no pierde el aplomo y la compostura en tiempos difíciles cuando la pierden sus subordinados, mantenga el tipo y la actitud positiva de que 'este partido lo vamos a ganar', dando siempre un mensaje optimista y creativo de su futuro profesional".
5 claves para resistir y ganar
De su actitud en el periodo de transición depende la llegada de un nuevo trabajo. Andrés Pérez, consultor en posicionamiento personal, ofrece algunos consejos básicos:
- Preséntese a todos los contactos profesionales como un profesional y no como un parado. Una persona con 5, 15 ó 30 años de experiencia no pierde su memoria ni su capacidad cuando pierde un empleo. Sigue siendo tan buen profesional como antes de perderlo y es absurdo rebajar su calificación profesional sólo porque ya no tiene tarjetas y un coche de empresa.
- Participe en todos los eventos profesionales en los que se encuentren potenciales clientes o empleadores. Compórtese y preséntese como un profesional en activo y no como alguien que está mendigando un empleo. Hay que seguir siendo visible, incluso mucho más que antes.
- Aproveche cualquier ocasión para realizar trabajos alimenticios que le permitan generar ingresos aunque no tengan la misma calidad que los que ha desempeñado hasta ahora. Eso le mantiene activo y en el mercado, además de permitirle demostrar su valía.
- Utilice el periodo de transición para actualizar los conocimientos o conocer otros campos. Debe tener un plan de I+D igual que una empresa y debe incorporar, al menos, dos productos nuevos a su oferta cada año (idiomas, tecnología, especialidades).
- Sírvase de todos los escaparates para demostrar la profesionalidad. A veces porque la empresa lo impide y otras por dejadez, los profesionales van quedando ocultos e invisibles. Sólo los conocen quienes se relacionan directamente con ellos. Cuando un profesional pierde el empleo debe darse a conocer partiendo de cero. Por lo tanto es muy importante que un profesional en transición dedique tiempo a demostrar su valía. Un blog, una conferencia o un documento electrónico en los que demuestre su experiencia y casos de éxito son las mejores formas de presentarse, además de facilitar el ser encontrado. Un folleto electrónico de veinte páginas sobre su especialidad es más valioso que 2.000 currículos.
Noticia publicada en el periódico Expansión, España 29/10/2011
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