Correr por Valdebebas, entre Sanchinarro y la M-40 madrileña, es como
conducir a través de la Extraterrestrial Highway, que une el desierto de
Nevada con California. Son dos planicies deshabitadas, una urbana, la
otra natural, y
en ambas aparecen elementos ajenos al entorno. En la carretera estadounidense
no hay gasolineras, pero sí una tienda de souvenires alienígenas. En el
plan urbanístico madrileño no hay habitantes, ni tráfico, pero sí un
palacio de justicia con forma de enorme donut dorado. Como el resto del
barrio, salvo la ciudad del Real Madrid, está inutilizado.
El miércoles salí a correr con dos amigos, Prado y Juan, por una
carretera de Valdebebas. De repente, apareció un furgón de reparto en
una rotonda. Me quedé mirando al conductor como se puede mirar a un
rinoceronte en la Gran Vía. Casi me atropella. Supongo que hubiese
destrozado los porcentajes de mortandad de tráfico del barrio, que se
habrían disparado un 100%. Sin embargo, ningún periódico hubiera
titulado así, sino con algo que interpretase el hecho. Algo como
"Extraño suceso: arrollado un corredor en una zona casi sin tráfico". Es la diferencia entre la estadística y la realidad.
Llevamos dos semanas de mucho porcentaje, fruto de la publicación del
último boletín del Banco de España y de los Presupuestos Generales del
Estado. A grandes rasgos,
plantean que la economía está ya creciendo
(0,1% del PIB en términos intertrimestrales), que el año que viene lo
hará un poco más (0,7% del PIB en términos anuales), y que
el desempleo apenas se reducirá en unas décimas
(0,1% en términos de la EPA). El presidente del Gobierno ha puesto un
titular a estos datos en su reciente viaje a Japón: "Ahora se habla cuán
grande va a ser la recuperación".
Por si acaso me he equivocado de Informe de Banco de España, me lo
descargo de nuevo. Y empiezo a buscar trazas de la recuperación de la
que habla el presidente. Así, por ejemplo:
1. En la página 7 se dice lo siguiente sobre
los salarios: "Continuó la moderación interanual tanto en la
remuneración de los asalariados (-1,1%) como en la formación bruta de
capital fijo". Es decir,
las rentas de las familias siguen tan a la baja como la inversión de las empresas.
2. En la página 17 se dice lo siguiente sobre
el crédito: "el desglose por sectores evidencia (...)
cierta estabilidad
en el ritmo de retroceso en los fondos captados por los hogares y por
las empresas y de un mayor dinamismo de los pasivos de las
administraciones públicas". Es decir, que
el proceso de caída del crédito es constante en la economía real, mientras que la Administración tiene más facilidades para endeudarse en los mercados internacionales.
3. En la página 33 se dice lo siguiente sobre las empresas: "En el primer trimestre de 2013 se prolongó la
tendencia decreciente de la actividad,
aunque el ritmo de contracción se moderó un poco algo en comparación
con el mismo periodo de 2012". No merece mayor comentario.
4. En la página 37 se dice esto sobre el empleo:
en el primer trimestre "el número de empresas que destruyeron empleo se
situó en el 59,4%, porcentaje tres décimas por encima del año
anterior". No obstante, en la página 47 se matiza que en el segundo
trimestre de 2013, el empleo atenuó su ritmo de descenso interanual
hasta el -3,6%, un punto porcentual menor al registrado en el primer
trimestre". La destrucción de empleo, a pesar de ser inferior al -4,6%
de periodo anterior, sigue siendo la mayor desde el último trimestre de
2011, es decir, desde que el actual Gobierno tomó posesión.
¿Es posible hablar de "cuán grande será la recuperación" con estos datos?
Pues depende de cómo se module el mensaje. El Gobierno ha optado por
recurrir a metas muy conservadoras tanto de crecimiento como de empleo
para dar sensación de mejora según las va superando. Ya ha revisado al
alza las previsiones de 2014 y, muy posiblemente, lo tendrá que volver a
hacer por la misma inercia del ciclo económico. Pero dividir en dos los
peldaños de una escalera para dar moral al ciudadano no implica que no
haya que subirla de todas las maneras.
Mariano Rajoy encontró una economía con gran parte de la banca
arruinada y unas administraciones que no pagaban a sus proveedores.
Hoy gestiona un páramo de desempleo, asfixia fiscal y depresión del consumo interno
en el que, a base de sacrificios, florecen algunos indicadores, como
las exportaciones y cierto retorno en la confianza internacional en la
banca. Los problemas antiguos no se han volatilizado, sino que han
salido de los cajones de las administraciones para entrar en el
casillero de la deuda. Ésta
rebasará el billón de euros y exige pagar unos intereses de 35.000 millones de anuales.
Además de maniatados por el pago de intereses, los Presupuestos
presentados esta semana como los de la "recuperación", en palabras del
ministro Cristóbal Montoro, están encabezados por un dato que cuestiona
en sí mismo esta calificación:
el gasto en desempleo subirá un 10%.
La previsión de creación de puestos de trabajo es positiva en términos
de la Encuesta de Población Activa (+0,1%) y negativa en términos de
contabilidad nacional (-0,2%), porque ésta última no recoge la
contratación de baja calidad. Es decir, que los pocos empleos que se
generen serán mal pagados.
Si tenemos en cuenta que la presión fiscal estará en máximos de la
democracia, con el consiguiente drenaje del bolsillo ciudadano y
empresarial, y la inversión pública en mínimos desde tiempos de
Naranjito, da la sensación de que el Gobierno
lo fía todo a que la economía se vaya desperezando a base de la denominada "devaluación interna"
que, en lengua común, se llama recorte de salarios para exportar mejor.
Todo ello con la contrapartida de que la demanda interna, que
representa un tercio del PIB, seguirá en mínimos desde 2011.
De las reformas para regenerar las instituciones y mejorar la calidad
democrática del país, que tienen un notable impacto en la economía a
medio plazo, no sólo ni se habla, sino que se brindan espectáculos tan
edificantes como el sainete de nombramientos en la Comisión de la
Competencia o el enchufe del ex ministro Juan Carlos Aparicio en el
consejo de Indra con el dinero de todos.
En la Extraterrestrial Highway la Policía te obliga a tener los faros
del coche encendidos en pleno día porque hay tal nivel de luminosidad
que, en el improbable caso de que se cruce un coche de frente, te impide
verlo. El crisol de destellos lo ha convertido en un lugar famoso por
los accidentes, pese al escaso tráfico que hay, y por los presuntos
avistamientos ovnis. El Gobierno ha optado por
intentar deslumbrar a una ciudadanía exhausta con los primeros datos positivos con el consiguiente riesgo de que, a la primera circunstancia adversa, la economía se vuelva a estampar.
De la recesión se puede salir con un Excel, pero
a la recuperación sólo se llega con empleo.
Alterar los factores de esta ecuación puede llevarte a creer que los
brotes verdes son bosques o que el palacio de justicia de Valdebebas es
una nave espacial, cuando ni siquiera es un palacio de justicia. Sólo es
deuda.
Fuente. Diario El Mundo.
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/nodoycredito/2013/10/06/presupuestos-extraterrestres.html