miércoles, 5 de diciembre de 2012

Diario 2028


Después de la ducha de la mañana con agua caliente regalada por la energía solar que recupera nuestra casa, he repasado las tareas pendientes en la pantalla de cristal que ocupa toda la pared de mi habitación. Bueno, ya tengo todo lo necesario en la nube, lo ha subido mi asistente personal que llevo en la muñeca. Hoy le he puesto una voz muy femenina....

Me marcho en mi vehículo eléctrico, qué comodidad, ni un ruido por la ciudad. Me contaba mi padre el ruido y la contaminación que había antes. Puf, no sé cómo podían soportarlo. Qué invento esto de la inducción para cargar las baterías del auto, con cinco minutos basta para varios días.

Bueno, me voy. A ver si ahorro un poco y me compro uno de esos coches con pila de hidrógeno. Así fardo un poco, jejeje.

Voy a ver a mi padre, trabaja en gestión y logística de energías móviles. Antes lo hacía en una compañía petrolera, pero ahora ya casi nadie consume hidrocarburos y la empresa no va nada bien. Entre los costes del petróleo, y los impuestos de contaminación sale muy caro y da mala imagen. Sólo se usan esos vehículos en el tercer mundo.....

Al principio achacaron los malos resultados a la gran crisis de hace quince años, pero después, cuando se produjo la recuperación y el gran crecimiento a partir de 2018 la empresa no recuperó sus números debido a la lucha en el mercado entre vehículos híbridos, eléctricos y hasta solares. Además las Administraciones impusieron los peajes en las ciudades y los impuestos por contaminación. Fue muy duro para la empresa...

En 2014 los Gobiernos europeos al final se dieron cuenta que para salir de la crisis debían impulsar el crecimiento. ¿Con qué? se preguntaron. Y tuvieron la solución. Invertir en el desarrollo logístico de la energía para desarrollar la movilidad eléctrica y, en menor medida, la solar. Así crearon grandes planes de inversión para el desarrollo de las infraestructuras necesarias y subvencionaron la compra de dichos vehículos, ya que las casas comerciales cada vez ofrecían una mayor gama. Los nuevos empleos comenzaron a surgir y con ello se alivió la carga del coste por desempleo.

Se creó una nueva ilusión en las personas y la semilla generó un efecto bola de nieve. Nuevas inversiones, nuevas infraestructuras, mayor empleo, mayor poder adquisitivo..... Cada vez más rápido, más rápido....

Una nueva era y un nuevo optimismo se abrió tras casi siete años de decepciones y tristezas. Y hasta eso se transformó en el deseo de comenzar de cero. Y el nuevo automóvil que proponían fabricantes y gobiernos fue un grito de ilusión y esperanza. Así que la población se lanzó literalmente a cambiar sus antiguos modelos de la crisis por relucientes vehículos no contaminantes, con diseños incluso fascinantes, como el vehículo que proponía Apple.

Y las compañías tuvieron que adaptarse a este entorno que cambió radicalmente. Y muchas no pudieron hacerlo.....

Fernando García

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