“Hay una discordancia entre lo que la ciencia dice y lo que las empresas hacen.
Para muchas clases de tareas del siglo XX, los motivadores externos: recompensas y castigos, funcionan.
Pero para las tareas del siglo XXI, ese enfoque mecanicista no sólo no funciona sino que muchas veces perjudica”
Para muchas clases de tareas del siglo XX, los motivadores externos: recompensas y castigos, funcionan.
Pero para las tareas del siglo XXI, ese enfoque mecanicista no sólo no funciona sino que muchas veces perjudica”
Dan Pink es un especialista en todo lo referente al área motivacional y las transformaciones del mundo laboral, y hace un tiempo publicó un interesante libro llamado Drive, donde explica la dinámica de los motivadores extrínsecos e intrínsecos, haciendo hincapié en la nueva perspectiva motivacional necesaria en la fuerza laboral del siglo XXI.
Motivadores Extrínsecos: lo que actualmente se hace
Las recompensas condicionadas: “Si haces esto, entonces consigues tal cosa”, funcionan muy bien para las tareas de tipo mecánicas, donde hay reglas sencillas y un claro objetivo a cumplir. Las recompensas, estrechan nuestro punto focal y concentran la mente. Es por eso que funcionan…pero sólo en ciertos casos y en ciertas circunstancias.
Investigaciones recientes demostraron que en cuanto una tarea requiere las más mínimas habilidades cognitivas, estos incentivos no funcinan, los rendimientos disminuyen, es más, las “recompensas condicionadas” tienden a destruir la creatividad.
Motivadores Intrínsecos: lo que se debería hacer
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El trabajo del siglo XXI valora de manera especial, la inteligencia emocional, la imaginación y la creatividad, con lo cual se necesita una perspectiva completamente nueva al hablar de motivación.
La ciencia nos dice que el secreto del alto desempeño no está en recompensas y castigos, sino en una fuerza intrínseca invisible: La necesidad de dirigir nuestra vida; de aprender, de mejorar, de crear, y de hacer cosas importantes para cambiar el mundo.
Dan Pink plantea que la motivación intrínseca gira en torno a tres elementos:
Autonomía, el impulso que dirige nuestras propias vidas.
Maestría, el deseo de ser mejor y mejor en algo que importa.
Propósito, la intención de hacer lo que hacemos al servicio de algo más grande que nosotros mismos.
Estos son los ladrillos de una nueva forma de hacer las cosas.
¿Es posible? ¿Es una utopía? ¿Es ésta la idea que está detrás de Linux, Apache, Wikipedia, Google?
http://veronicavera-factorhumano.com/?p=651
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