Durante décadas, los defensores de la teoría del agotamiento del petróleo han pronosticado una crisis en el suministro energético. Al parecer, que se equivocaban.
La fecha de ese cénit se ha ido aplazando con los años. En principio, se habló de 2005, más tarde de 2007 y, después, de 2011. Ahora “hay un riesgo importante de que el pico de producción se alcance en 2020”, aseguran.
Hay otra forma de visualizar la futura disponibilidad de crudo: como una evolución que acabará en un “punto muerto”. Según este punto de vista, todavía quedarían tres o cuatro décadas de futuro crecimiento de la producción antes de caer en un estancamiento, tras el cual comenzaría un periodo de declive paulatino. Y ese descenso podría llegar, no de la escasez de recursos, sino de una mayor eficiencia, lo que redujavascript:void(0);cirá la demanda global.
Los que han dado la voz de alarma sobre el petróleo argumentan que ya se han explotado la mitad de los recursos petroleros mundiales y que el declive está cerca. "Es una teoría muy sencilla: el vaso comienza estando lleno y acaba vacío y, cuanto más rápido se beba, antes se evaporará”, explica el geólogo Colin Campbell, uno de los líderes del movimiento.
Hace ya más de un siglo que empezaron los temores sobre la posible extinción del petróleo. En la década de los setenta, surgieron voces alarmistas que hablaban de una verdadera catástrofe. Pero, desde 1978, la producción de petróleo se ha incrementado un 30%. Sólo entre 2007 y 2009, a cada barril de petróleo que se produjo en el mundo, se sumaron 1,6 barriles de nuevas reservas. Además, la evolución del coche eléctrico, y el desarrollo del gas esquisto y la energía eólica aportan algo de confianza en el futuro energético.
El autor de la teoría sobre el agotamiento del petróleo fue el geólogo King Hubbert, uno de los científicos más polémicos de principios del siglo pasado. En los años treinta, desde la Universidad de Columbia, Hubbert se convirtió en promotor del movimiento tecnocrático, que responsabilizaba a políticos y economistas de la debacle de la Gran Depresión. Según la tecnocracia, la idea de la democracia era una falacia y debían ser los científicos y los ingenieros los encargados de racionalizar la economía. En 1956 publicó la teoría según la cual, la producción de crudo en EEUU alcanzaría su cénit entre 1965 y 1970.
Sus declaraciones nunca han estado exentas de polémica, aunque Hubbert y su teoría comenzaron a tener muchos más seguidores en la década de los setenta, cuando la producción de petróleo comenzó a caer. El punto culminante llegó en 1973, cuando los países árabes establecieron un embargo de petróleo contra los que más claramente habían apoyado a Israel, como EEUU y Holanda.
Durante muchas décadas, EEUU fue, con diferencia, el primer productor de crudo del mundo. De hecho, en la década de los sesenta, la producción interna logró cubrir el 90% de la demanda, pero las cosas han cambiado. Para cubrir sus necesidades, EEUU importa aproximadamente un 50% del petróleo que consume.
Volviendo a los cálculos de Hubbert, el científico subestimó la cantidad de petróleo que se localizaría en EEUU. En 2010, la producción de petróleo de EEUU fue 3½ veces superior a las estimaciones de Hubbert (5,5 millones de barriles al día frente a los cálculos que el geólogo hizo en 1971 y que no superaban el millón y medio de barriles diarios). Hubbert siempre insistió en que el precio no importaba. En su opinión, la oferta y la demanda eran irrelevantes porque lo que importaba eran los recursos limitados del petróleo en el planeta. Pero ¿por qué iba a dejar de importar el precio del gas y de petróleo, y no el de cualquier otro producto, cuando es un factor determinante en la asignación de recursos y el desarrollo de nuevas tecnologías? La actividad se incrementa cuando los precios suben y se ralentiza cuando bajan. El alza de los precios estimula la innovación y lleva a pensar en formas ingeniosas de incrementar el suministro. En la industria del gas y del petróleo, se están desarrollando constantemente nuevas tecnologías para encontrar nuevos recursos e incrementar la producción de los actuales yacimientos, donde sólo el 40% del petróleo se produce utilizando métodos tradicionales. Un ejemplo de los métodos más novedosos es el “yacimiento digital”, que utiliza sensores para mejorar la comunicación entre el yacimiento y los centros tecnológicos de una compañía.
Los defensores de la teoría del agotamiento del petróleo insisten en que la tasa de descubrimientos de nuevos yacimientos está disminuyendo, aunque olvidan mencionar que la mayor parte del actual suministro de petróleo no proviene de nuevos yacimientos, sino de la ampliación de los ya existentes. Cuando un yacimiento ya ha sido explotado, se perforan más pozos y, con un mejor conocimiento del terreno, las reservas probadas suelen experimentar un fuerte repunte. Según un estudio llevado a cabo en EEUU, el 86% de las reservas petrolíferas de EEUU es resultado, no de lo que se calculó en el momento de su descubrimiento, sino de las posteriores revisiones. De hecho, los cálculos del total de reservas globales siguen subiendo. El mundo ha producido más de un billón de barriles de crudo desde el comienzo de la era industrial en el siglo XIX. En la actualidad, se cree que los recursos de petróleo podrían ascender a al menos cinco billones de barriles, de los cuales, 1,4 billones son técnica y económicamente accesibles.
Según los actuales cálculos, parece que la capacidad de producción mundial de petróleo debería incrementarse de 92 millones de barriles al día en 2010 a más de 110 millones de barriles en 2030, lo que supone un aumento del 20% aproximadamente.
Sin embargo, hay muchos acontecimientos que podrían enturbiar estas expectativas. Las estrategias políticas de los distintos países ricos en petróleo (en lo referente a políticas fiscales y acceso a recursos) juegan un papel fundamental en la extracción de oro negro. Factores como las guerras, las revueltas sociales, los conflictos regionales, la corrupción y el crimen, o la mala gestión de los recursos pueden afectar no sólo a la producción, sino a la inversión y a las perspectivas de futuro. Para hacer frente a la demanda futura, serán necesarios un buen nivel de innovación, investigación y el desarrollo de más recursos.
Un motivo por el que se ha incrementado el suministro de petróleo es que las zonas que antes se consideraban inaccesibles o donde la extracción resultaba poco rentable están ahora incluidas en los cálculos de explotación. La industria energética evoluciona a gran velocidad. Con el paso de tiempo, los recursos poco convencionales de petróleo, en toda su variedad, se han convertido en parte del suministro mundial de crudo, lo que ayuda a explicar porqué, desde un punto de vista global, no parece que la teoría de Hubbert vaya a cumplirse.
Noticia publicada en el periódico Expansión, España. 24/09/2011
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